Desde el momento en que has decidido ponerla en venta o alquiler deja de ser tu casa, tu hogar y se convierte en un producto que pones en el mercado.
Tu objetivo es vender o alquilar en el menor tiempo posible y para alcanzarlo debes hacer que destaque sobre su competencia y, sobre todo, conseguir que guste al mayor número posible de
potenciales compradores.
Tu vivienda está adaptada a tus gustos y necesidades, desarrollados durante muchos años, y estos no van a coincidir, con toda seguridad, con los de tus
potenciales compradores.
Tu vivienda está adaptada para que tú vivas en ella, no está acondicionada para venderla o alquilarla.
Con el paso de los años has ido marcando una tendencia en su decoración muy personalizada y has ido añadiendo mobiliario según tus gustos y necesidades.
Tu vivienda necesita estar preparada antes de salir al mercado inmobiliario.
La limpieza y el orden no son suficientes para empezar el proceso de comercialización.